Tradicional Igloo incrementó su tamaño más del doble
Desde hace 31 años esta empresa construye todos los meses de diciembre un cuarto frío, dentro del cual se recrea un ambiente polar, con caída de nieve, tobogán congelado y un igloo. Destinada a los niños y niñas de todo el país, esta atracción es gratuita desde sus inicios y el plan es que continúe siéndolo.
Tradicionalmente se ubicó frente a la entrada principal de Beirute, en Barrio Don Bosco, en San José; sin embargo, este año se encuentra en un parqueo esquinero de la compañía, 100 metros este de la ubicación usual (Calle 26, Avenida 4).
La nueva locación permite tener mayor espacio para los visitantes, contar con actividades y presencia de marcas patrocinadoras y ofrecer más área de nieve.
El área promedio anterior era de 30 m2, mientras que este año ronda los 80 m2, permitiendo a los niños que visitan el Igloo una mayor experiencia y diversión que años anteriores.
La inauguración oficial se realizó este viernes 8 de diciembre en un evento cerrado, en el que participó el alcalde de San José, Johnny Araya Monge, así como los niños de los colaboradores y de Obras del Espíritu Santo. Para el público en general está abierto desde el sábado 9 de diciembre.
El Igloo de Beirute se realizó por primera en 1986 cuando el fundador, Carlos Beirute Peralta, construyó un espacio para que María Alejandra, su primera nieta, conociera la nieve. El regalo llamó tanto la atención entre los niños de Barrio Don Bosco que don Carlos decidió hacerlo año con año como un obsequio para la comunidad y, con el paso del tiempo, para todo Costa Rica.
Cada año, Refrigeración Beirute implementa mejoras tecnológicas para lograr un funcionamiento más eficiente y crear una textura lo más parecida a la nieve. El montaje de los equipos demora entre 3 y 4 semanas.
Consiste en dos equipos base: uno para generar la escarcha (que simula la nieve) y otro que se encarga de mantener el Igloo congelado. Ambos sistemas fueron diseñados por ingenieros de la empresa. Además, cuenta con un sistema inteligente de control de equipos que monitorea las 24 horas del día el funcionamiento del Igloo, y tiene la capacidad de llevar el conteo del número de personas que ingresan a la atracción. Los equipos se pueden monitorear vía Internet, encender, apagar o hacer ajustes requeridos.